lunes, 13 de agosto de 2012

Epílogo: una experiencia maravillosa


No podía fallar. A pesar de que tenía puesto el despertador a las siete y media, a las seis menos diez ya estaba harto de dar vueltas en la cama y me he bajado a finalizar este blog. Porque hasta ahora os he contado lo que nos ha ido sucediendo, pero el viaje ha dado para mucho más.

A mis ya casi 47 castañas he decidido hacer algo diferente. Después de haberme fumado tres paquetes de Camel diarios hasta 1998, y de haberme bebido unas cuantas cosechas hasta el año pasado, resulta que ahora soy todo un deportista. Porque la idea de hacer el Camino era fundamentalmente deportiva. Y a ella se ha unido un triatleta, que ha hecho Iron Man y maratones, que yo pensaba que me iba a llevar a rastras por toda España. Y, aunque sería Severo quien debería decirlo, creo que he dado la talla. Si me hubiera venido solo, posiblemente no habría estirado tanto mi cuerpo, pero la experiencia de Severo nos ha llevado a conseguir metas que yo no me habría ni planteado en solitario. Y, a pesar de que en algún momento creía que no iba a poder por el sufrimiento, ahora, ya en Santiago, con las maletas preparadas para volver a casa, estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido.

Pero el Camino de Santiago da para mucho más. Te permite conocer España desde otro prisma, por lugares que si no es con la bici o a pie nunca descubrirías. Desde la verde Sierra de Madrid hasta el vergel que es Galicia, pasando por las áridas tierras de Castilla, hay mucho que ver. Hay mucha naturaleza que ver y muchos lugares y monumentos. Porque a lo largo del viaje hemos pasado por lugares totalmente perdidos en los que no faltaba una preciosa iglesia románica. España está plagada de monumentos que no sabemos explotar ni dar a conocer. Al ver la foto en el Castillo de Coca en Facebook, un amigo italiano me escribió que cómo había hecho el montaje para conseguir ese maravilloso fondo. No se creía que fuera de verdad. Yo nunca había estado allí, y seguro que si en Italia o en Francia tienen un castillo tan bello, le sacarían mucho más partido. Iglesias, castillos, puentes…tenemos un gran riqueza monumental y cultural que no sabemos aprovechar.

Y otra cosa que me ha sorprendido es el buen nivel hotelero de España. Aún parando en pueblos perdidos de Dios, el nivel medio de los hoteles en los que nos hemos hospedado es mucho mejor que el de muchos países, teóricamente más civilizados, que he visitado siguiendo el Mundial de Rallys. Y a un precio muy aceptable. Otro motivo más para no comprender por qué no explotamos más nuestras riquezas. Y además, las gentes de España son muy amables. En cada lugar que hemos pasado, nos han tratado con suma simpatía y cariño. Algunos con más sentido del humor, otros con menos, pero siempre amables y educados. Porque los españoles somos la leche, y no entiendo cómo hay algunos que quieren que nos dividamos. Sin duda, los que así opinan son unos paletos que no han salido diez metros de su casa y no saben ver más allá de su sombra.

Yo soy más de “con el mazo dando” que de “a Dios rogando”, pero aprovechando el esfuerzo le he pedido unas poquitas cosas. He pedido por vosotros, mis amigos, uno de mis principales patrimonios, que he sentido vuestro aliento y apoyo durante el largo viaje. Perdonad que no haya contestado porque la cannonball no deja tiempo para casi nada, pero he leído todos vuestros mensajes y os estoy muy agradecido. También he pedido por mi familia, a los que quiero a pesar de que no se lo demuestro, pero sobre todo he pedido por esas dos personitas que son las que dan sentido a mi vida, Mónica y Nacho. He pedido para que se conviertan en personas de provecho, que sean gentes honestas y que vivan felices el resto de su, espero, larga vida.

He dejado para el final al compañero, Severo Ochoa. Y le dejo para el final porque ha sido la persona más importante en estos siete últimos días. Apoyos deportivos aparte, lo mejor del viaje ha sido que he conocido a un tipo excepcional, un chaval de 30 años que se ha embarcado en esta aventura con un abuelo de casi 47 sin conocerle apenas. Y eso demuestra su gran talla humana. Otros no lo habrían hecho. Por encima de la experiencia deportiva, turística o espiritual, creo que lo mejor de este Camino de Santiago es que he ganado un amigo. ¡Gracias, Severo! Has sido un compañero de diez. Ahora, vete pensando nuestra próxima aventura, que yo me apunto. Repito: un millón de gracias.



6 comentarios:

  1. Nada mejor para empezar el día con ganas de comerse el mundo que haber leído este blog. ¡gracias Pipo!

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    1. Felicidades Pipo, con todo lo que has pasado estos últimos meses has sabido salir adelante de la mejor manera y ser el que has sido siempre una gran persona, te lo mereces. Este reto te ha hecho más fuerte, y que sepas que a la próxima yo me apunto.
      Un abrazo

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  3. Felicidades a los dos, Pipo lo de los 47 años no es excusa, yo ya los rondo y sin embargo le doy caña a Seve jajaja.. es broma. Más que un reto, "el camino" es una experiencia vital muy bonita.
    Chema Porras

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  4. Enhorabuena Pipo y Severo, ahora a la Muralla China.
    En serio...bien hecho
    Esto os ha venido muy bien, sobre todo a uno de vosotros
    Enhorabuena
    Un abrazo

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  5. Felicidades Pipo! Bonito reto!

    A pesar de que nos conocimos "en un choque de trenes" en contra dirección, bueno, "trenecillos", siempre te leí, antes de conocerte, después y ahora, porqué mi pasión siempre fueron los rallyes...

    Casualidades de la vida, servidor se inició en el Trialsín +- en 1978...

    La vida es una camino donde hay muchos puertos, algunos difíciles de subir...yo he vivido alguno de muy complicado, pero hay que llegar arriba para disfrutar del descenso y prepararse por qué tarde o temprano puede llegar otro...

    En mi mente ronda hace tiempo el Camino de Santiago, mi hermano mayor lo ha hecho un par de veces y la tercera me tendrá, creo, de "esparring". Esta bitácora, que he seguido estos días de asueto, me ha alentado a ello...

    Salud, Rally...Y bicicleta Pipo!

    PD: El camino en una T-10 o una T-15 tendría lo suyo!!!

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